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martes, 19 de mayo de 2009

Letras sobre Partituras



LIBROS
Letras sobre partituras
Felisberto Hernández
Cuentos
LOSADA
114 Páginas. $ 39

Entre las partituras y la magia de escribir.
Juan Herrera.
Un amor incomparable, el tiempo que parece interminable, los nervios de la primera vez y las vueltas en un bote alrededor de una pequeña isla de plantas, son algunos de los momentos en que Felisberto Hernández nos hace introducir en su mundo, en un mundo tan extraño como real en el que todos formamos parte. Es ese sentimiento de amor a un objeto, de las rutinas diarias y reales, que pueden ser transformadas al mismo tiempo en un sueño en el cual sé esta despierto,
“Letras sobre partituras” es una selección de cuatro cuentos del escritor uruguayo Felisberto Hernández. Estos cuentos forman parte de su carrera en sus distintas etapas.
La primera, en la que el autor se encuentra entre la música y la literatura. Es cuando publica: “La envenenada” en 1931, en sus apenas treinta páginas, contiene cuatro textos: “La envenenada”, “Ester”, “Hace dos días” y “Elsa”. Este último cuento integra parte de esta novedosa edición.
El segundo período es cuando Felisberto Hernández deja definitivamente su carrera musical. De sus cuentos escritos, extraemos: “Nadie encendía las lámparas” y “Mi primer concierto”, publicados en 1947.
Él último cuento en ser seleccionado es “La casa inundada”. Publicado en 1960 y constituye junto con la edición de “El cocodrilo” en 1962 y “Tierras de la memoria” en 1964 los últimos escritos del autor.
En una prolija edición y encuadernación; y con la recopilación de dibujos hechos por quien fuera su enamorada y segunda esposa, la artista plástica Amalia Nieto, la editorial Losada saca a conocer a este autor olvidado y muy bien aceptado por grandes autores del habla hispana. Así se intenta de esta manera trasmitir a lectores la opción de un escritor más. Un escritor que como ha dicho Italo Calvino no se parece a ninguno.
Las historias de “Letras sobre partituras” representan momentos vividos, objetos, situaciones y hasta sentimientos. En ellos podemos observar la forma de escribir de Felisberto Hernández, en primera persona, de su literatura mezclada con la música, y de palabras que emiten sonidos y marcan ritmos de tiempo.
De esta obra “Mi primer concierto” es la que mejor identifica al autor, ya que mezcla su literatura con la pasión de toda su vida.
Quien no al leerlo se sentirá identificado, con el miedo de la primera vez, él enfrentarnos con una situación la cual imaginamos, planeamos y hasta buscamos alternativas de todas las posibles situaciones que se pueden llagar a presentar y aun así, analizando todos estos posibles acontecimientos, siempre hay algo que surge sin previo aviso.
En “Mi primer concierto” Felisberto describe a su objeto amado como: “Un sarcófago”, y dígame quien de todos nosotros no guardamos un pequeño objeto o recuerdo de alguna primera vez.


Perfil de autor
Un fulano de tal, llamado Felisberto.
"Si no hubiese leído las historias de Felisberto Hernández en 1950, hoy no sería el escritor que soy". Esto lo dijo un fulano de tal con nombre y apellido, en este caso con dos apellidos, un tal, Gabriel García Márquez.
Feliciano Felisberto Hernández Silva, nació el 20 de octubre de 1902 en Montevideo. Pianista y escritor.
De sus composiciones musicales se destacaron: “Canción de Cuna”, “Primavera”, “Marcha Fúnebre” y “Crepúsculo”
Su primera obra literaria fue: “Fulano de tal” en 1925; le siguió “Libro sin tapas”, que en realidad no las tenias, en 1929; “La cara de Ana” en 1930 y “La envenenada” en 1931.
Hacia 1940 abandonó su carrera de pianista y se dedicó a la literatura. Sin embargo, la música siguió influyendo en su forma de escribir, su relato estaba asociado a ella o era construido como una partitura con sus determinados ritmos.
En 1942 publicó “Por los tiempos de Clemente Colling” y en 1943 “El caballo perdido”, obteniendo un premio del Ministerio de Instrucción Pública. El personaje principal de sus cuentos es el mismo.
Fue con, "Nadie encendía las lámparas", en 1947, que su narrativa, mezcla de realidad y de sueño, toma el camino de la literatura fantástica latinoamericana, de acuerdo con Julio Cortázar, Juan José Saer e Italo Calvino. Este paso es un antecedente fundamental del realismo mágico que vendría después.
Felisberto Hernández falleció el 13 de enero de 1964. Dejó varios cuentos escritos en un sistema taquigráfico de su invención que aún no se han podido descifrar.

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